Aunque no quieras

Aunque no quieras, me recordarás como:

La que te grabó un disco de canciones cursis, la que lloraba por cualquier tontería, la que te esperaba aunque lloviera.

La que siempre se enojaba, la que atrapaste con tus palabras, la que apantallaste con tu inteligencia, la que temblaba de frío en invierno.

La que no podía dormir contigo, pero que después necesitó tenerte a su lado; la que te compró un oso con chocolates, la que te escribía cartitas.

Pero ya, se acabó el veinte y esa, ya no soy yo.

Me recordarás como "La flaca", que enuncia Andrés Calamaro.

Mis otros yo


Porque los quiero, los adoro, los espero, los recuerdo. No suelo decir que los quiero, lo siento es una mala costumbre mía, pero así es.


Son mis hermanos, mis guardaespaldas, esos que me abrumaban preguntándome quién era ese fulano que se la pasaba hablándome por teléfono, esos que me celaban en cada oportunidad.


George: el mayor, el líder siempre todos hacíamos lo que él decía, era el "hombre a cargo" el sustituto de mi padre, el que me cajeteaba por no hacer debidamente mis quehaceres, el que me ponía en línea cuando le contestaba a mi mamá.

El que me llevaba en la bicicleta, el que me enseñó a bailar salsa, el que le dió ritmo a mis pies, el que llegó con una cerveza cuando cumplí 18 años y me dijo "órale flaca, para que aprendas a tomar y no te pongas borracha en las fiestas"; el que le contestaba el teléfono a mis novios y al que yo celaba de las tipas que querían andar con él.

El que siempre me cuida, el que siempre me consentía.


Beto: El estudioso, el racional, el que me hacía llorar cuando no le entendía a las matemáticas , el que me decía que nunca iba a hacer nada provechoso, el que criticaba a mi Universidad y yo a la suya pues éramos "competencia", al que siempre le descomponía las cosas, con el que iba al cine porque él no tenía novia.

El sarcástico, el que era noviero, al que nunca me imaginé de papá, el que siempre se la pasaba molestándome, el que me heredó el gusto por Metallica.


Hunter: El pequeño, el consentido, el bebé, el que yo cuidaba, el niño bonito, al que le enseñamos a caminar, a hablar, jugar.

Al que después también hacíamos llorar, al que le compraban juguetes que nosotros usábamos, a quien tratamos de enseñar que la vida no es fácil y que tiene que aprender de sus errores.


A ellos, los amo con todo mi corazón, porque son mi "otro yo".



Nothing else matters


No puedo vivir sin música y me gusta de todo un poco, el soundtrack de mi vida es tan amplio y variado que cabe de todo: Rock, pop, etc. La música ha sido de mis fieles compañeras y de las mejores terapias que pueda existir.

Y que me lanzo ver a Metallica al Foro Sol en la Ciudad de México, fui muy feliz cuando sentí las guitarras estruendosas, y cuando tocaron "Nothing Else Matters" uff!! genial, excelente.

Hace diez años que Metallica no venía a México, y quizás no vuelvan en varios años, pero ya quedaron las imágenes en mi mente y tendré qué contarle a mis nietos, cuando fui rockera y agite mi cabeza con sus canciones.

¡Yeah!