Si bien nunca fui cursi, por un momento creí en las historias de amor, no de película pero sí bonitas. Ahora sólo me dedico a vivir en el día a día.
¿Quiero a mi pareja? Sí, sí lo quiero, pero ya no daría la vida por él. Lo veo como mi acompañante pero no como el gran amor que yo esperaba. No sé qué pasó, no supe dónde dejé los pedazos de mi corazón, las mariposas en el estómago se escaparon por un hoyo y ya no regresaron.
Aunque tengo la ilusión de que algún día vuelvan, quizás.